Cuando mi abuelo El señor Eugenio Paredes Copalco comenzó con la empresa hace 70 años todo lo que ven ahora no eran más que terrenos baldíos. En ese tiempo aún no se habían desarrollado los grandes proyectos de irrigación y tampoco habían carreteras que unieran estos valles con las grandes ciudades del país. Pero a pesar de ello, mi abuelo trabajó con mucho esfuerzo y dedicación para sacar adelante ese proyecto que desde muy joven habían planificado. Un hombre Honrado, recio pero con un gran sentido del humor y una bondad incomparable, que logró consolidar sus sueños.
Hoy, Copalco es una empresa líder y con 4000 hectáreas de tierras fértiles es la más grande de toda la región.
Pero, hoy no han sido citados para escuchar sobre los logros de esta gran familia, que son innumerables, sino para conocer uno de los conceptos iniciales que por fin ha sido consolidado.
La policía nacional cumple una gran labor, excelente, pero quizás han confiando demasiado en nosotros. ¿Nos han preguntado qué cultivábamos? ¿Por qué adquiríamos tantas tierras? ¿Nunca han venido a ver nuestros fundos? Ni siquiera para cerciorarse de que no estuviésemos sembrando algo ilegal. Y frente a esa confianza solo podemos dar las gracias, pero la verdad es que no hemos sido muy buenos. Y la verdad es que debieron haber venido a fiscalizarnos por lo menos alguna vez.
Hoy, en este día que cumplimos 70 años, anunciamos que hemos reemplazado todos nuestros cultivos por plantas de coca. Que desde hace un par de años venimos produciendo cocaína de la más alta calidad, y que ya estamos cansados de tener que sacarla del país de forma ilegal.
No, no se molesten en arrestarnos o denunciarnos, nadie les hará caso. La policía ahora nos pertenece, y también las fuerzas militares. Si, queridos compatriotas, tengo el agrado de comunicarles que de hoy en adelante Copalco tomará las riendas de este país.
Muchas gracias.